pablo

pablo

martes, 11 de marzo de 2014

Capitulo final


Juanito no se atreve a tocar a Ian. Ian lo nota nervioso, siente como se estremece con una sola caricia y ese le llena. Sabe que se está metiendo en un lío pero le encanta estar profanando ese cuerpo.
 

Juanito disfruta sabiendo a Ian sobre él. Lo que más le excita es escuchar los gemidos de Ian mientras se viene. Se lo queda mirando hechizado mientras Ian tira el condón usado al piso. Juanito no puede decir nada. Está convencido que en cualquier momento

va a despertar.

--bueno ¿qué tal tu primera vez? Te has dado cuenta que no soy especial ¿no? Seguro que ahora te gusto menos.

Juanito no es capaz de articular ninguna palabra. Va murmurando que si es muy feliz, que si ha sido mejor de lo que soñó, que si es su príncipe.

 Ian disfruta siendo el primero, viendo como Juanito lo adora como si fuera un dios pero a la vez le da culpa porque lo ve demasiado enganchado. El guapo psicólogo acaricia la cabeza del desvirgado, la apoya contra su pecho. Juanito siente que podría morir en ese momento. Sólo le importa ese chico. Ha vuelto a nacer. Está en el paraíso. Aunque Juanito no es capaz de hablar, Ian siente su amor, su entrega. Se da cuenta que no ha sido sólo sexo y sabe que lo que ha hecho le puede traer problemas, que nunca debió meterse con un paciente. Quiere quitarle importancia al asunto pero sin herir a Juanito.

--pudo ser cualquiera.

Juanito tiene los ojos cerrados. Tímidamente, juega con los vellos del torso del bello psicólogo:

--No, eras tú. Sólo podías ser tú. En mi vida sólo estás tú. Ya no me importa nada.

Juanito tiembla, a Ian le dan miedo las palabras del chico.

--No hables así. En la vida hay demasiadas cosas bonitas para fijarse sólo en una. Yo soy la menos importante.

A Juanito le cuesta hablar. Va negando con la cabeza. Mira a Ian y lo mira enamorado. Lo mira como si fuera un héroe. Ian lo trata como a un niño. Le acaricia la cabeza.

--duerme, duerme.

--cuando despierte ya no estarás –dice Juanito triste.

Ian le sonríe. No quiere que Juanito se entere de su preocupación, de sus sentimientos de culpa.

--siempre me tendrás en tu piel y en tus pensamientos.

Juanito se queda profundamente dormido en brazos de Ian. El psicólogo espera un rato y cuando está seguro que no despertará, se lo saca de encima con cuidado. Agarra sus boxers. Tira el condón usado en el wáter. Mira a Juanito. No quiere sentir culpa. Le duele dejarlo solo, desnudo, indefenso. Enamorado. Quiere auto-convencerse que no es tan importante para Juanito.

--le has hecho un favor, sólo quería estrenarse.

Pensar así le hace sentir menos culpa. Se viste en silencio. No quiere mirar atrás. No quiere sentir pero se lleva la mirada de Juanito clavada en su alma, en su piel. Y eso lo lastima.

 

Juanito no tarda en despertarse. No le sorprende no encontrar a Ian.

--¿lo soñé?

Esas sábanas aún huelen a él. Las acaricia, las besa.

--No, no es un sueño.

Juanito se levanta desnudo. Esas sábanas son la prueba de que ya no es virgen, que Ian ha entrado en su cuerpo.

--Suyo, he sido suyo. Ha sido mío.

Sonríe. Llora. Juanito está en shock. No sabe qué sentir. No sabe si reír o llorar. Agarra esas sábanas. Siempre tendrá el olor de Ian con él. Se las guarda en su mochila. Ian ya no es un extraño para él. Ha sido el primer hombre en su vida pero Ian no está.

 

Juanito pasa días en un estado de éxtasis. Ni bien ni mal. No puede asimilar que se ha acostado con Ian. Cuando se da cuenta de la realidad, se hunde. No se puede conformar sólo con eso. Se la pasa llorando. Llora, abraza esas sábanas, mira las fotos de Ian. Pasa los días mirando las novelas del actor Pablo Martínez a quien le recuerda Ian. No tiene consuelo. En su desesperación, se acaba tomando todas las pastillas que tiene en casa con una cerveza.

 

(Mariano Martínez)
Ian, por su lado, tampoco ha podido olvidar a Juanito. Aunque ha estado en la cama con varios chicos. Ya no es lo mismo. No se le levanta. Es incapaz de volver a disfrutar del sexo. Sólo piensa en Juanito. No sabe si es culpa pero ya no le llena esas tardes de sexo loco que antes tanto le gustaban. Ya no disfruta como antes. Desnudo en la cama con un guapo hombre, se siente frustrado. Su guapo amante lo acaricia, se muestra comprensible.
--No te preocupes. Esto nos pasa a todos alguna vez. Para tu suerte soy activo y pasivo así que…
Ian lo mira con rabia.

--¡a mi no me toques¡

Ian se levanta desnudo y se empieza a vestir.

--¡oye yo no tengo la culpa que seas impotente, yo te quería hacer un favor. Si ya no sirves como activo lo tendrás que asumir¡

Ian piensa en lo vacío que es la relación con ese chico y en lo que lo llenó estar con Juanito.

 

Esa misma tarde, Ian va al despacho. Se reúne con todos los psicólogos que han participado en el estudio en el que ha formado parte Juanito. Los nota inquieto.

--¿qué ocurre?

--Es Juan del Pozo. Se ha intentado suicidar –le dicen.

Ian siente que se le va la vida. Tiene que hacer un esfuerzo para no llorar mientras le explican los detalles. Ian sabe que tiene la culpa, así lo siente y eso lo destruye. Ian está destruido. Se encierra en el baño y llora. Llora amargamente. Se mira al espejo, se grita. Se culpa de haberse metido en la vida de Juanito, se maldice.

 

Ian se dirige a la unidad de psiquiatría en la que está ingresado el chico. Juanito duerme, atado a una cama. Ian sufre por él. Lo acaricia. Llora. Juanito se despierta. Se sorprende al ver a Ian. Le duele verlo derrumbado, llorando. Juanito siente vergüenza. No quiere que Ian sufra, que se sienta culpable o que crea que lo hizo para llamar su atención. Quiere acariciarle las lágrimas pero no puede porque está atado.

--No llorés –le dice Juanito.

Ian seca sus lágrimas con la manga de la camisa. Se las traga y fuerza una sonrisa.

--¿cómo estás?

Juanito no dice nada. Ian se muestra cariñoso. Él mismo es quien lo suelta. Y lo abraza. Juanito se funde en un abrazo con él que disfruta más que en ese rato de sexo. Es su cariño lo que busca y no se cuerpo.

--perdóname. No te quise hacer daño –dice Ian triste.

A Juanito le conmueve el dolor de Ian.

--tranquilo, fui tan feliz que ya no necesitaba vivir más.

Ian le pone la mano en la mejilla. Es cariñoso con él pero también regañón:

--así no se solucionan las cosas. Debes querer vivir por ti.

Juanito agacha la cabeza. Le duele que su amado lo regañe. Ian le levanta la mirada. Lo mira con mucho cariño:

--Me hubieras arruinado la vida, no habría podido con la culpa.

Ian tiene las dos manos en cada una de la mejilla de Juanito y sin pensar lo besa. Es un beso de amor sincero. Ian sonríe pero Juanito se muestra distante.

--no quiero tu compasión.

Juanito está triste, apagado. Ya no es el ser inocente que conoció Ian pero lo siente vibrar. Ahora se da cuenta más que nunca que Juanito siente cosas por él, que no sólo buscaba sexo. Ian también está empezando a sentir algo por Juanito. No sabe que es pero no desea separarse de él, desea estar a su lado. Están los dos sentados en la cama. Ian le sonríe. Le agarra las manos con fuerza.

--No sé que me hiciste pero no he podido estar con otro.

--No te creo.

Ian se muestra pícaro:

--créeme, no se me levanta.

Ian no suelta la mano de Juanito. Desea que sepa que a partir de ese día podrá contar siempre con él. Con la otra le acaricia la mejilla con ternura.

--No soy un príncipe, no puedo hacer que tus sueños se hagan realidad pero sí intentarlo. Si tú me dejas.

A Juanito no le salen las palabras. Casi le da un infarto. Hace que sí con la cabeza. Ian no tiene claro lo que está haciendo, confía en que Juanito se acostumbre a tenerlo, se tranquilice. De lo que sí está seguro es de que sus destinos están unidos.

 

Dos años después…

Ian y Juanito están viendo como nace un bebé. La madre es una madre de alquiler y ni siquiera ve al bebé. Se lo entregan a la pareja. Los dos lloran. Juanito, con un look más moderno, abraza a Ian. Ian llora al tomar en brazos al bebé. Juanito acaricia a su amado muy dulce y dice:

--es tu hijo, Ian.

Ian llorando y con el bebé. Se gira para mirar a Juanito.

--mi hijo no. Es hijo de los dos aunque sea mi esperma el que lo engendró.

Los dos unen sus frentes. Juanito ha cumplido todos sus sueños. Tiene a su príncipe al lado y además a su hijo.

--gracias, gracias por hacerme tan feliz. Te amo –dice Ian llorando.

Juanito acaricia al bebé y besa al padre.

--gracias a ti por darme  vida.

Juanito acaricia tanto al padre como al hijo. Ellos dos son su vida, ellos le hacen feliz. Ian disfruta de esa caricia. Todos sus días son mejores desde que está con Juanito, para los dos lo son. La pareja mira al bebé y se sonríen. Son una familia, una familia feliz.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario